martes, 25 de noviembre de 2008

Estoy condenado...

Hoy particularmente me dirigía al velorio de una prima a la cual no veía hace como diez años y creo que llevaba como cuatro esperando a la huesuda, pero eso no es lo relevante del caso, muy campante iba yo manejando, cuando me cercioré de un anuncio en la calle que decía: "No heredes la diabetes..." y primero lo tomé a juego y penzé: ya me imagino con el notario en la lectura del testamento de mi viejo, diciendo: y a mi hijo Jonathan le toca la diabetes y que de pronto, sacara el notario una jeringa y me la aplicara, pero noooooo, momento, hice un poco de procesamiento mental de la idea y recordé que mis padres son diabéticos y los abuelos también, osea, no necesitaré al notario, liberalmente estoy condenado a contraer este padecimiento, mientras, me daré a la tarea de aprovechar los dulces y todo alimento sabroso pueda mientras la insulina siga produciéndose, bueno también habré de empezar a cuidar mi alimentación para que no me agarre en curva, ni modo adios: dulces, ni alimentos sabrosos en grasas, garnachas, harinas osea todo lo que se me antoje me será prohibido para siempre... Hola: verduras, apios, splenda y todo lo sugar free, solo queda decir: a gozar a gozar que el mundo se va a acabar...

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